
AGOSTO 4, 2015
Saber ... o no saber
Ese día, desde muy temprano, los sitios de presentación del examen como universidades y colegios comenzaron a recibir a los miles de niñas y muchachos que habíamos sido citados.
Por: Nicolás Felipe Rojas Moreno - Curso 1105
El pasado domingo 2 de Agosto, los jóvenes de grado undécimo de todos los colegios del país con calendario A presentamos la prueba de Estado Saber 11º la cual evalúa las competencias de los estudiantes en 5 áreas: matemáticas, lectura crítica, ciencias sociales y competencias ciudadanas, ciencias naturales e inglés.
En Bogotá, ese día desde muy temprano, los sitios de presentación del examen como universidades y colegios comenzaron a recibir a los miles de niñas y muchachos que habíamos sido citados. Algunos llegaron antes de las 6 de la mañana, a pesar de que la prueba comenzaría a las 7 a.m.
A la entrada de cada institución había filas interminables de jóvenes ansiosos por iniciar el tan anunciado examen. Después de hacer el ingreso, los estudiantes debíamos buscar el salón correspondiente. En la puerta, el encargado llamaba por nombres y apellidos y exigía el documento de identidad sin el cual era imposible ingresar al salón; como siempre, hubo personas que no tenían dicho documento y desafortunadamente no pudieron entrar a presentar el examen.
La prueba comenzó aproximadamente a las 8 de la mañana después de que el supervisor de salón diera las instrucciones y entregara los cuadernillos. Entonces, ¡manos a la obra! Cada estudiante parecía metido en su propio mundo; algunos se veían seguros, otros preocupados y otros con expresión de fastidio.
Seguros, los que siempre aprovecharon el tiempo en el colegio, las enseñanzas de sus profesores y el apoyo de sus padres. Son los jóvenes que desean continuar sus estudios en la universidad y prepararse para lograr un mejor futuro. Preocupados, tal vez, los que pasaron los años "raspando", sin grandes esfuerzos, enfrentados ahora a las preguntas difíciles. Fastidiados, quienes estuvieron como obligados en el colegio, sin mayores motivaciones para estudiar.
La primera parte se debía terminar a las 12:30 p.m., pero algunos terminaron antes y salieron. En las afueras de las universidades y colegios había cientos de padres, madres o familiares de los estudiantes que presentaban el examen, al igual que amigos o compañeros con los cuales se encontraban, algunos para hablar sobre la prueba, otros para ir a almorzar y otros para dar una vuelta y despejar la mente.
La segunda parte de la prueba estaba programada para la 1:30 p.m, pero comenzó aproximadamente a las 2 de la tarde. Al igual que en la mañana, los estudiantes fuimos llamados y organizados en el salón, después nos repitieron las normas y nos entregaron el cuadernillo.
Algunos comenzaron a contestar tranquilamente, otros parecían cansados. Hubo algunos que terminaron en menos de 2 horas y otros que se tomaron todo el tiempo asignado. En esta segunda parte, algunos miraban hacia los lados, con cara de “no sé nada, alguien ayúdeme”; fue una situación un poco común en la parte del examen que correspondía a inglés. Cuando los estudiantes finalizaban la prueba podían salir hacia sus casas.

En conclusión, esta prueba se convirtió en el todo para algunos y en el nada para otros; fue un día lleno de retos para algunos aunque para otros no. Al finalizar el día, muchos ya cansados se despedían de sus amigos y se perdían entre las frías calles bogotanas.
¡Participa! Envíanos tus artículos y comentarios
¡Opina!