




Momentos ... 2014
La vida misma es una danza
Septiembre 1º, 2015
Por: Natural Mistik
La tarde del viernes 28 de Agosto, en el marco de la celebración del día de la familia, una inmensa ola de alegría se apoderó de los espíritus de estudiantes, padres de familia, docentes y administrativos del colegio Juan del Corral.
Durante más de dos semanas, la comunidad juan corralina dedicó sus tardes a preparar lo que sería la puesta en escena de este grato evento. Fueron arduas las jornadas de prácticas y ensayos; músicos y danzarines no querían dejar nada al azar, por ello previeron cada detalle, desde la puesta a punto de sus voces, la lectura de sus partituras, la afinación de los instrumentos y la precisión de sus coreografías.
Pudo notarse en la mayoría de los integrantes de las diversas agrupaciones, el entusiasmo y el esmero por cumplir a cabalidad con la labor encomendada. Naturalmente no faltaron los desacuerdos, la decepción ante los obstáculos, el desespero ante la dificultad para ejecutar la nota precisa, la ansiedad ante una voz desafinada, incluso hasta la rabia por no poder ejecutar un movimiento armónico simple en el momento adecuado.
También estuvo presente la desazón y la angustia ante el dolor ocasionado por una que otra caída, gajes del oficio, golpes que la vida nos ofrece para que nos demos cuenta de que estamos vivos, que la vida tiene eventos gratos y otros no tan gratos, que vivir es un arte, es sencillamente disfrutar los momentos agradables, es saber recuperarnos ante el dolor y volver a levantarnos.
Por un instante el colegio se transformó en un escenario artístico y cultural. No obstante, hay quienes podrían argumentar que se estaba perdiendo el tiempo, que sería mejor estar en las aulas adoctrinando e impartiendo las instrucciones como lo manda el currículo, pero son precisamente momentos como estos los que le hacen pensar a uno a la m…. el currículo…
Aunque había mucha alegría, también reinaba cierto escepticismo respecto a la asistencia de los padres de familia, no obstante, dicho escepticismo fue superado, ¡vaya sorpresa!, gradas llenas hasta completar aforo… y faltaron gradas...
Había mucha ansiedad y mucho nerviosismo, sin embargo, la brisa de la tarde soplaba fríamente el rumor de una velada espléndida. Y llegó el momento esperado. Músicos y danzarines adornaban el escenario con sus engalanados trajes, todo estaba listo, los instrumentos afinados, cada quien en su lugar. Estudiantes, padres de familia y docentes en las graderías, Pacheco detrás del lente, al lado del master, el pianista en el piano, la directora con batuta en mano, músicos y bailarines “cagados del susto”.
Finalmente la voz del maestro de ceremonias y las notas de los himnos anunciaron el inicio del evento. Lo que en adelante ocurrió no debería ser relatado pues todos fuimos testigos de lo que aconteció, sin embargo, lo relataré brevemente para algún transeúnte distraído.
Los diferentes integrantes de las agrupaciones salieron al escenario y en cada uno de los movimientos o de las notas que entonaron, dejaron la piel, pusieron el alma, burlaron por un momento la tristeza; olvidaron la desazón que a veces se vive en esta patria. Hubo risas, aplausos, dedicatorias y hay quienes dicen que hasta llanto hubo.
Una por una las agrupaciones fueron dando muestra de todo el trabajo, todo el tesón y la dedicación con la que prepararon sus presentaciones. A pesar de las dificultades, muchas de ellas pudieron superarse fruto de la dedicación y la diligencia, entonces comprendimos que la vida misma es una danza, entendimos por un instante que nuestro mayor anhelo consiste en danzar al ritmo de la música de la vida, en ejecutar la nota precisa en la partitura de la vida, comprendimos aunque fuese sólo por un instante que todos los días la vida es un ensayo, que cantar y danzar es una manera de superar los obstáculos, que la risa es el mejor narcótico, y que vivir intensamente es la mejor manera de estar ebrios.
Entonces, comprendimos por un instante que preferíamos canjear nuestros labios para maldecir, por unos labios para reír, para cantar y para besar, nuestras manos para golpear, por manos para acariciar, nuestros pies para golpear, por unos pies para danzar.
Entonces comprendimos que el cuerpo no sólo es instrumento para la angustia y el dolor, aunque estemos en una nación donde muchas veces el cuerpo es objeto de abuso sexual, aunque estemos en un país de familias disfuncionales, en un país donde reina el maltrato intrafamiliar, aunque vivamos en uno de los países más violentos del mundo, en el país del crimen organizado, en el país de la corrupción y de la arbitrariedad del Estado, en el país de los diálogos eternos para conseguir la paz, en el país del pan y el circo, aunque a veces haya demasiado circo y poco pan, en el país de la puñalada trapera directo al pulmón a causa de una mala mirada o de la tonalidad de una camiseta, en el país de los falsos positivos, y de los crímenes absurdos, en la ciudad que sacaría el primer premio a la indiferencia, en la ciudad de los tumultos en las estaciones de Transmilenio, aunque movamos nuestros cuerpos sobre las calles de un país que olvidó el derecho a la ternura. Sí, aquí en esta patria en la cual la piel olvidó qué significan las caricias.
Entonces comprendimos que nuestros cuerpos también son instrumentos de placer y de deseo, entonces por un instante permitimos que la música y la danza se filtraran por nuestros poros y nos invadieran todo el cuerpo, entonces comprendimos sólo por un instante que quizás en el arte esté el sentido de nuestra existencia.
Y así fue, meneamos nuestros cuerpos sudorosos, nuestras conexiones nerviosas, nuestras fibras musculares, nuestros tejidos óseos al ritmo de acordes y de notas musicales.
Por eso Chaplin entendió a tiempo «que la vida es una obra de teatro […] por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida…Antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos»…
Sí, allí estaban ellos, los jóvenes disfrutando el momento, su momento, ya no hay tiempo para culpas, ya no hay tiempo para excusas, ya no hay tiempo para remordimientos. Sí, allí estaban ellos, a pesar de todo, siempre alegres, vigorosos, festivos, paseantes, danzantes musicales, experimentando su finitud, los sonidos de sus vibraciones cardiacas, viviendo riesgosamente hasta el límite, experimentando la alegría de danzar con la vida, porque la vida misma es una danza.
Agosto1º, 2015
Ayer, se llevó a cabo la inauguración de los juegos intercusos de primaria - sede B- en el polideportivo.
Asistieron todos los niños y niñas de la jornada de la tarde representando a los diferentes equipos participantes en la Copa América de Fútbol. Con sus vistosos uniformes y su desbordante alegría realizaron los actos protocolarios y dieron inicio al campeonato intercursos.
Inauguración de los juegos infantiles intercursos
Docente y estudiantes de la sede B durante la inauguración de los juegos. Foto: Archivo



Coro de estudiantes de grado 11°. Dirige la profesora Clemencia Amézquita. Foto: Profesor Pacheco.
Asistentes al evento. Foto: Profesor Pacheco

Andrés Felipe Marín, Coordinador Académico saluda a los padres de familia en la apertura del evento. Foto: Profesor Pacheco.

Coreografía de estudiantes de grado 10º Foto: Profesor Pacheco